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Ubicada en Vista Flores, Mendoza, al pie majestuoso de los Andes, la bodega Ernesto Catena Vineyards se erige como un santuario del arte vitivinícola. Fundada en el año 2000 por el visionario Ernesto Catena, un vigneron de cuarta generación con raíces profundamente arraigadas en la rica tradición italiana, la bodega se distingue por su enfoque único y apasionado, que él, con modestia, denomina "El camino del Artista".

Ernesto, conocido cariñosamente como el Poeta del vino, no solo es un hombre apasionado, sino un artista en toda la extensión de la palabra. Su misión es transformar la viticultura en un auténtico arte, equiparable a la pintura, la música o la danza cuando se ejecutan con verdadero sentimiento, cuando emanan del alma. Es una relación de amor con la naturaleza que se refleja en cada rincón de la finca.

Inspirada por las ricas tradiciones locales de los Incas y Mayas, la arquitectura de la finca es un homenaje a la majestuosidad precolombina. Cada edificio cuenta su propia historia, fusionando la modernidad con el legado ancestral de una manera armoniosa.

La filosofía de la bodega se centra en la agricultura orgánica y biodinámica certificada, buscando una conexión profunda entre ellos, la naturaleza y el vasto universo. En Ernesto Catena Vineyards, la tierra no es solo un medio para producir vinos exquisitos, sino una entidad viva, un lienzo en constante metamorfosis bajo la mirada atenta del equipo liderado por Ernesto.

Esta obra de arte en evolución constante se manifiesta en la meticulosidad con la que cada elemento trabaja en sincronicidad: desde las vides que se entrelazan con el suelo hasta el cielo que las abraza. La bodega es una expresión tangible de las creencias arraigadas de sus fundadores. Para comprender completamente la esencia de Ernesto Catena Vineyards, uno debe emprender un viaje a este rincón único, donde la pasión se fusiona con la naturaleza en una danza eterna y armoniosa.